Mazatlán Sin (Élite Sinaloa.- María Antonia “M” ha sido vinculada a proceso por el cobarde robo a dos ancianos, un caso que ha indignado a toda la región sur del estado. El pasado 27 de junio, la mujer irrumpió en la tranquila vida de Alfonso Guadalupe “S” y Marcela “G” con un engaño tan ruin como calculado: la promesa de un beneficio social que jamás llegaría.
Con gran astucia, María Antonia engañó a sus víctimas, personas vulnerables que confiaron en su supuesto interés por ayudarlos. Mientras Alfonso salía de su hogar, María Antonia, sola con Marcela, mostró su verdadero rostro. En un acto de pura maldad, exigió el dinero que los ancianos guardaban celosamente, ahorros que representaban su seguridad y tranquilidad.
El forcejeo que siguió fue una clara muestra de la violencia sin límites de la imputada. Recargando su brazo contra el cuello de la indefensa Marcela, le robó no solo sus ahorros, sino también su paz. “¡Si no entregas todo, te irá mal!”, amenazó la delincuente, dejando a su víctima sin aliento y en un estado de terror absoluto.
A pesar de estos hechos tan claros y la solicitud de la Fiscalía para una prisión preventiva, la jueza ha decidido que la “roba viejitos” enfrente su proceso en libertad. La medida ha causado una ola de indignación, con vecinos y familiares de las víctimas clamando por justicia y cuestionando si realmente se está protegiendo a los más vulnerables.
María Antonia deberá pagar una garantía de 10 mil pesos, presentarse quincenalmente a firmar, y tiene prohibido salir de Mazatlán o acercarse a sus víctimas. Sin embargo, ¿es esto suficiente para asegurar que no vuelva a atacar? La comunidad, en alerta máxima, vigilará de cerca cada paso de la imputada, mientras la investigación complementaria se desarrolla en los próximos meses.
Este caso deja en evidencia la urgencia de revisar las decisiones judiciales que dejan en libertad a quienes han demostrado ser una amenaza latente para la sociedad. ¿Cuántas más víctimas necesitan caer antes de que se tomen medidas contundentes? La pregunta queda en el aire, mientras el miedo y la incertidumbre continúan reinando en los adultos mayores de Villa Unión.
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