InicioFinanzasMéxico reduce pobreza gracias al alza salarial del 116%, reporta Inegi

México reduce pobreza gracias al alza salarial del 116%, reporta Inegi

En 2018, año en que concluyó el Gobierno priista de Enrique Peña Nieto, un 41.9 por ciento de la población (51.9 millones) vivía en situación de pobreza; para el 2024, esta cifra se redujo a un 29.6 por ciento, equivalente a 38.4 millones de personas, de acuerdo con las cifras dadas a conocer por el Inegi.

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Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo).- El que 13.4 millones de mexicanas y mexicanos salieran de la pobreza entre 2018 y 2024 tiene un factor clave: el aumento acumulado de 116 por ciento en el salario mínimo que se impulsó durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aunque los programas sociales también contribuyeron con este éxito económico.

Así lo muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su debut como encargado de la medición de la pobreza multidimensional, donde para el cálculo se consideran principalmente los ingresos o el bienestar económico, y por otro lado las carencias sociales en rubros como educación, salud y vivienda.

El presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), Luis Felipe Munguía Corella, compartió en entrevista con la Unidad de Datos de SinEmbargo el cálculo de que cerca de la mitad de la reducción en la pobreza se debe a los incrementos salariales.

“Encontramos que de los 12.3 puntos porcentuales que bajó la pobreza, 6.1 se deben al salario mínimo o, en otras palabras, más fácil de entender, de los 13.4 millones de personas que salieron de la pobreza, 6.64 millones salieron solamente por los incrementos al salario mínimo. Es decir, la mitad más o menos de la gente que ya no está en pobreza es exclusivamente por los incrementos al salario mínimo”, explicó Munguía Corella.

El funcionario explicó que en su cálculo se consideran los factores que usó Coneval y ahora el Inegi para medir la pobreza multidimensional, desde los ingresos por programas como la pensión de adulto mayor, hasta las carencias sociales, todo esto para llegar a un estimado de cuál es el impacto de los salarios, que según el estudio presentado por el Instituto Nacional de Estadística representaron el 60 por ciento de los ingresos de los mexicanos en 2024.

Mejora sin precedentes en los ingresos de las familias 

En 2018 la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos se ubicó en 49.9 por ciento, 61.8 millones de personas. Mientras que para 2024 bajó hasta 35.4 por ciento, equivalente a 46 millones.

Esto es una mejora récord de 15.8 millones de habitantes que salieron de esta categoría, de pobreza en sus ingresos.

En el caso de la población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos, se pasó de un 14 por ciento o 17.3 millones de personas en esa condición en 2018, a 9.3 por ciento o 12.1 millones de personas en 2024. Son 5.2 millones de personas menos en esa condición.

La línea de pobreza y la línea de pobreza extrema por ingresos indican el monto que se requiere para adquirir la canasta básica. “Es un eferente monetario para determinar si los ingresos mensuales de la población son suficientes para adquirir los productos de las canastas alimentaria y no alimentaria”, apunta el Inegi.

Otro indicador que presentó el Instituto este miércoles es el de la población vulnerable por ingresos, que bajó de 8 a 5.8 por ciento entre 2018 y 2024. En millones de personas, se pasó de 9.9 a 7.6 millones en esa condición. Es decir, 2.3 millones menos.

“(El incremento al salario) empuja el salario medio real hacia arriba y no solamente el salario real formal, sino también a la informalidad por un efecto faro. Si el mercado laboral empieza a tener incrementos del salario mínimo, pues mucha gente de la formalidad empieza a saltar hacia allá, o tienes que pagar un poquito más de sueldos para que no se te vayan a otras empresas, eso tiene mucho qué ver”, dijo el economista Mario Campa.

“Ahora, no es únicamente la política del salario mínimo, que sí es la el ancla, digamos, sino también otras reformas que tienen que ver, por ejemplo, con con la regulación del outsourcing, que no se ha extinguido ni mucho menos, pero sí se ha disminuido bastante y además ha obligado a las empresas a distribuir más utilidades”, agregó.

Luis Munguía, presidente de la Conasami, destacó que el incremento al salario mínimo no sólo repercute en los ingresos de las personas, sino también en los indicadores de carencia social.

“Al incrementarse el ingreso de los hogares, este ingreso ayuda a reducir carencias. Por ejemplo, si en algún lugar, en alguna parte del país, no hay acceso a la salud porque no hay ningún hospital cerca o ninguna clínica del IMSS Bienestar cerca, con este ingreso pueden pagar para transportarse a esa clínica, o con este ingreso adicional pueden pagar incluso salud privada, ¿no? Que a veces se da en algunas regiones del país”, refirió.

El funcionario detalló que en el sexenio de López Obrador hubo incrementos anuales de alrededor del 20 por ciento al salario mínimo, y este año fue de 12 por ciento. Esto, dice, porque el gobierno debe ser responsable y calcular que los incrementos no terminen afectando la economía.

“La política salarial seguirá teniendo efectos positivos, pero estos serán cada vez más modestos. El salario mínimo es una política muy exitosa pero tiene sus límites y no se puede seguir incrementando indefinidamente”, refirió Munguía en su cuenta de X.

El pendiente de reducir las carencias sociales 

La mejora en los ingresos fue evidente. Pero en contraste, en el rubro de población vulnerable con carencias sociales se pasó de 26.4 por ciento o 32.7 millones de personas en 2018, a 32.2 por ciento o 41.9 millones en 2024. Un incremento de 9.2 millones.

Bajó el porcentaje de población con al menos una carencia social, pasó de 68.3 a 61.7 por ciento. Lo que equivale a 80.4 millones de habitantes. Aunque por otro lado, creció la cantidad de mexicanas y mexicanos con más de tres carencias sociales, se pasó de 20.2 por ciento en 2018 a 20.8 por ciento en 2024. Un aumento de 25 a 27 millones de personas con esas dificultades.

A detalle, en el sexenio de López Obrador hubo una reducción porcentual en cinco de las seis carencias que ahora mide el INEGI. En las de rezago educativo, acceso a la seguridad social, vivienda, acceso a servicios básicos y a una alimentación nutritiva.

Pobreza por carencia en servicios básicos. Información del INEGI
Las carencias sociales mostraron una disminución importante en el periodo de López Obrador. Foto: INEGI

Sólo que en salud la historia fue distinta. En 2024 se observó un 44.5 por ciento de la población que dijo no tener garantizado su derecho a recibir servicios de atención médica y medicamentos, 34.2 millones de personas.

Hubo una mejora respecto al 50.4 por ciento registrado en 2022, aunque en 2018 la cifra fue de 20.1 por ciento.

“Podemos tener una recuperación en el ingreso, que no se convierte en la satisfacción de un derecho porque corresponde a otro ámbito”, dijo en la conferencia de prensa para la presentación de resultados Claudia Maldonado, coordinadora del Inegi para la medición de pobreza, insistiendo en que la carencia en el acceso a la seguridad social sigue siendo la que más afecta a la población.

Salarios representan 60 por ciento de los ingresos de mexicanos

En la mejora en los ingresos de los hogares mexicanos el principal elemento son las percepciones salariales.

El INEGI detalló que entre 2022 y 2024 el ingreso corriente total per cápita, es decir, los ingresos mensuales monetarios y no monetarios que reciben los integrantes de las familias mexicanas aumentaron 13.2 por ciento. Se pasó de 6 mil 596 a 7 mil 468 pesos mensuales.

“La fuente que más contribuyó a este incremento fue la remuneración por trabajo subordinado. Este creció 14.1 por ciento: pasó de 4 057.04 a 4 628.30 pesos. Siguieron las transferencias (13.4 %), mismas que pasaron de 1 059.79 a 1 201.65 pesos”, apuntó el INEGI.

En 2024, de cada 10 pesos que recibieron los hogares mexicanos, seis correspondieron a los ingresos salariales por trabajo subordinado. Las transferencias o apoyos sociales representaron 16.1 por ciento, estas incluyen los montos por jubilaciones y pensiones, las transferencias dentro y fuera del país, es decir, y los beneficios de los programas sociales del gobierno.

Los programas sociales son el principal componente de las transferencias que reciben las familias mexicanas.

El Inegi calculó que entre 2022 y 2024 sin estas transferencias la población con ingresos inferiores a la línea de pobreza habría aumentado a 39.7 por ciento. Mientras que con transferencias se ubicó en 35.4 por ciento.

Sin los apoyos sociales, la pobreza extrema habría subido a 12.8 por ciento. Con programas sociales en 2024 el indicador fue de 9.3 por ciento.

Sin programas sociales, en 2024 la pobreza multidimensional habría sido del 32.8 por ciento, pero con esas ayudas fue 29.6 por ciento. La pobreza extrema sin programas sociales habría sido de 6.9 por ciento de la población, y no de 5.3.

“El programa social más efectivo que tiene ahorita el gobierno es la pensión de adultos mayores. La pensión de adultos mayores saca millones de personas de la pobreza también, todavía te digo no tengo el número exacto, pero sí ha tenido un impacto más grande que los otros programas”, dijo Munguía, titular de Conasami.

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